STOP violaciones como arma de guerra en la RDCongo

Señoras, Señores ,

Quien no ha oído hablar del tratamiento inhumano que sufren las mujeres en las zonas de combate en la Republique Democrática del Congo, en donde ellas son tomadas como campo de batalla y la violación como una verdadera arma de guerra?

Aquí y allá se escucha a personalidades, expertos y observadores, estigmatizar esas violencias contra las mujeres de la RDC sin que se tome ninguna medida concreta y eficaz. Las soluciones propuestas desde hace quince años, lejos de calmar su aflicción, se revelan « falsas-buenas » soluciones que han acentuado y hasta normalizado esta barbarie .

Yo se sin embargo, por haber ejercido como abogado en el entorno del Tribunal Penal Internacional para el Ruanda (TPIR) durante siete años con cual rigor, los jueces han reprimido esos crímenes de violaciones como arma de guerra que fueron cometidos durante el genocidio en Ruanda y en la ex-Yugoeslavia. Esta justicia así sea insuficiente y defectuosa y pese a su impotencia para reparar las secuelas y traumatismos, ha tenido sin embargo el mérito de castigar a quienes se probo judicialmente que estaban implicados en los genocidios ruandés y bosniaco.

Paradójicamente en lo relativo a la Republica Democrática del Congo, las manifestaciones pacificas y ciudadanas que se han desarrollado en todas partes del mundo para estigmatizar la impunidad, no han tenido éxito. Quien no se acuerda de la marcha mundial de mujeres de Bukavu en el 2010, de la marcha Paris-Bruselas efectuada durante 14 días por las valientes hijas e hijos del Congo en julio del 2011, del tour de Europa hecho por un joven congolés, de la huelga de hambre en Paris en diciembre del 2012 y de la acción de ciudadanos exasperados que marcharon desnudos para atraer la atención de la opinión pública internacional sobre el calvario que viven esas mujeres ?

Y qué decir del trabajo que hacen, arriesgando su vida, el Dr Mukwege, los activistas de los derechos del hombre, los representantes de la sociedad civil ? Todos han hecho y continúan haciendo lo que mas pueden para poner fin a esas violaciones, aligerar el sufrimiento de las victimas y poner un término a la impunidad, y esto, sin gran resultado.

Yo he decidido actuar fortalecido por el sostén de 52 personalidades femeninas y convencido de que en el mundo somos millones en compartir la indignación de nuestras 52 madrinas. Ellas son eminencias del mundo universitario, políticas de carácter así como feministas que han pasado lo esencial de su vida en la defensa del puesto, los derechos, el honor y la dignidad de la mujer en la sociedad francesa y en todo el mundo. Un buen número de grandes figuras femeninas y masculinas, cuyo nombre no figura en la lista de las 52, no están menos implicados y sostienen abiertamente nuestra causa.

Esta petición representa nuestra manera determinada de decir y de proclamar de una vez por todas que «el cuerpo de la mujer no debe y no debería nunca más ser utilizado como arma de guerra» ni en el Congo ni en ningún lugar del mundo.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas cerrará bien pronto las puertas del Tribunal Penal para Ruanda y las del Tribunal Penal para ex-Yugoeslavia (TPIY) los cuales han considerado ese tipo de violación como constitutivo de un crimen contra la humanidad o de un genocidio. Es indispensable que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y su Secretario General Señor Ban Ki-moon, tomen todas las medidas necesarias para permitir la sobrevivencia de esa jurisprudencia, creando rápidamente un Tribunal Penal Internacional para la RDC, encargado de perseguir todos los crímenes similares, ya inventariados en el informe de « mapeo » de las Naciones Unidas.

Nosotros estamos convencidos de que éste es uno de los medios más eficaces para liberar a esas mujeres de las garras de sus torturadores y para poner fin efectivamente a la impunidad de quienes han usado y continúan usando la violación como arma de guerra. No hacerlo, seria una discriminación de cara a la mujer congolesa, un desdén por la justicia internacional y un respaldo a la ejecución de «gynocidios » o « femicidios».

En efecto, después de la publicación del informe de « mapeo » y de la multitud de reportes sobre la situación de esas mujeres en el país, nadie podria fundamentarsu pretensión de « nada haber visto, sabido o entendido «.

Cualquiera que sean las insuficiencias y las críticas, el Tribunal Penal Internacional para el Ruanda así como el de la ex-Yugoeslavia han jugado un rol precursor. Por haber sido primero animador y después Presidente de la Asociación de abogados del Tribunal Penal Internacional para el Ruanda (2002 a 2006), yo se cuales eran las insuficiencias de tal Tribunal pues yo también las critiqué y combatí. Yo sé sin embargo que por encima de todo eso, tales Tribunales tienen, como se inscribe en su misión, el cargo de perseguir y contribuir ampliamente a erradicar la violación como arma de guerra en Ruanda y en Bosnia desde 1994. Y por ese hecho, ellos han contribuido al retorno de la paz.

Las adquisiciones de esta justicia penal internacional deberían beneficiar a todas las mujeres del mundo y sobre todo en RDC, que es el teatro de combate entre beligerantes de la región de los Grandes Lagos africanos.

Nosotros os pedimos, por el amor del cielo, de sostener este llamado firmándolo y haciéndolo firmar en vuestro entorno.

Gracias por todas las mujeres victimas.

Hamuli Rety

Antiguo Presidente de la Asociación de Abogados del Tribunal Penal Internacional para el Ruanda