HloniphaniImizimba Yethu no Wethu!
Nosotras, mujeres de toda África Austral – rurales y urbanas, jóvenes y viejas, agricultoras y desempleadas – participantes de la Cumbre de los Pueblos de 2017, nos reunimos para compartir y reflexionar sobre nuestras historias de violencia perpetradas por estados patriarcales capitalistas y colonialistas, corporaciones e instituciones sociales religiosas, de educación y la familia. Reconocemos que, a pesar de nuestras muchas diferencias geográficas, de idioma, de religión y de identidad sexual, tenemos en común la experiencia de vivir en sociedades que ven nuestros cuerpos como objetos y a la naturaleza como mercancía a ser explotada y destruida.
Las mujeres son vistas como inferiores, como ayudantes de los hombres, como fuentes de trabajo barato y no remunerado, y como objetos para explotación sexual. Esta es la fuente de opresión de las mujeres en un sistema de poder que beneficia a los hombres (patriarcado) y un sistema económico orientado al lucro (capitalismo). La naturaleza es reducida a una mercancía a ser comprada, vendida y explotada en beneficio de unos pocos. Decimos que ese sistema es violento contra la naturaleza y violento para las mujeres, trabajadoras, indígenas y hombres de la clase trabajadora. La violencia contra la naturaleza es violencia contra nosotras como mujeres!
Nuestros gobiernos están del lado de las empresas. No actúan a favor de los intereses de la mayoría de las personas. Nuestros gobiernos privilegian los negocios con las grandes empresas mineras y agrícolas, no regulan las actividades contaminantes de estas empresas, y muchas veces utilizan la policía y las fuerzas armadas contra nosotras para mantenernos calladas. Eso es violencia contra nosotras mujeres y contra nuestras comunidades!
Nosotras, mujeres del África Austral aquí reunidas, reivindicamos:
Nuestro derecho a la tierra, agua potable y energía segura para nosotras y también para nuestro medio ambiente
Nuestro derecho a cultivar y comer alimentos de pequeñas agricultoras y agricultores, sin pesticidas ni productos químicos que perjudiquen la salud y la naturaleza.
Nuestro derecho a la subsistencia y al trabajo seguro y decente que tenga como centro a las personas y no al lucro.
Nuestro derecho de vivir libres de violencia perpetrada por gobiernos, corporaciones y hombres en nuestras casas, nuestras calles, nuestras aldeas, nuestras escuelas, nuestras iglesias y mezquitas y nuestros espacios de trabajo.
Nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, escogiendo cuando, si queremos y con quien tenemos sexo, por el derecho a amar a nuestros cuerpos, a respetarnos a nosotras mismas y obtener placer como seres sexuales.
Nuestro derecho a liderar organizaciones, movimientos y sindicatos y organizar libremente sin ser menospreciadas, amenazas y asediadas por nuestros camaradas masculinos.
De nuestros gobiernos, reunidos en la reunión de Jefes de Estado de SADC (todos hombres) exigimos:
Que la seguridad ciudadana y de las mujeres en particular sea priorizada por encima de lo que llaman seguridad nacional: la protección de las fronteras de los países
Que nuestros gobiernos se coloquen del lado de las mayorías de las personas y sus necesidades de desarrollo, oponiéndose a los intereses y lucro corporativos.
Que nuestros gobiernos inviertan los presupuestos militares y policiales en educación, cuidados de la salud, apoyo a la agricultura, obras públicas y seguridad de las mujeres y otros ciudadanos.
Que nuestros gobiernos respeten los derechos a tierra, agua, flora, océano y semillas de las mujeres y sus comunidades
Que nuestros gobiernos reconozcan y respeten que las personas no pueden ser reducidas a hombres y mujeres, sino que existen identidades y opciones sexuales diversas
Amandla!
Estaremos en marcha hasta que todas seamos libres!
Marcha Mundial de Mujees
http://marchemondiale.org/